Rostros

Museo de Arte y Antropología, UPR (Gabriela Saker, 2010)

Cuando tomé la foto, no me preocupé por encuadrarla bien ni evadir los obstáculos. No sé para qué le tiro fotos a algo que siempre va a estar ahí, pensaba. Tenía la certidumbre de que esos íconos ya formaban parte del interior del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico- Simplemente quería capturar el lugar donde estaba aquel mural hipnotizante, que dibujaba las caras de Ernesto «Che» Guevara de la Serna y de Filiberto Ojeda Ríos. Muchas mañanas, las fechas de sus asesinatos me acompañaron hasta los salones de clase, y en una esquina de mi cerebro, esa frase en la esquina del mural. «No dejen de ser jóvenes, no se transformen en viejos teóricos ni teorizantes, conserven la frescura de la juventud». Con cada una de esas palabras iniciaba mi día, luego de salir por el hueco del Tren Urbano, y me aseguraba de no convertirme en una adulta teórica ni teorizante. Me aseguraba de conservar la frescura.

Pero parece que las paredes del Museo no lograron retener esa frescura que el Che despertaba en la conciencia del que realmente se detenía a leer. Las paredes del mural fueron blanqueadas, vaciadas, destruidas. Ahora es blanco. Ya no hay cara de revolucionario que valga, ahora todo es sombra. La pared se convirtió en adulto teórico, o a lo que viene el caso, quien decidió blanquearla.

La pregunta es, ¿por qué crees que decidieron blanquear la pared? Corre el rumor de que era por estética. ¿Crees que hay connotación política en este acto?

La estrella roja y el machete son suficientes para asegurar que el mensaje era evidente. El mural lucía dos líderes revolucionarios que abogaron por la independencia, uno de Cuba, el otro de Puerto Rico. De la estrella roja del socialismo se deriva la ideología envuelta. Además, aunque la figura del argentino Guevara ya ha colmado hasta las estanterías de las tiendas más sobrepagadas, aún su rostro remite al gran tabú del comunismo, que tanto aterra sociedades en las que no se estudia su esencia.

Pero, en la Universidad de Puerto Rico, donde sí se estudia esa esencia, donde no se supone que la gente se aterre porque tiene espacio para pensar libremente, ¿por qué borrar estos dos rostros?